No debo

Me cuesta comprender que tu alma pertenezca a alguien más. Que yo sea menos que un recuerdo para vos, una vez, hace tres largos meses. Me cuesta comprender por qué, para qué. ¿Sabés? tengo miedo de que esto, que no me atrevo a nombrar, desaparezca. Quisiera que alguna vez me hables y que me digas -"Apaga esa flama pues, que es en vano que arda", y yo , obediente, la apagaría (aunque tal vez me pierda con ese fuego).
A veces también quisiera preguntarte si lo hago o no (y parar esta anacronía), pero aparece ella, tú alma y descubro que es mayor mi miedo a hacerlo. Miedo a que sepas más, a que por fin, delante mio, termines nombrándola y yo no tenga más opción que comprender que sí existe, aunque ya conozca su nombre.
Que absurda encrucijada. Estás atravesado en mi garganta porque ahí te puse, porque hasta ahí debo. Cómo traspasar la línea del respeto por tú amor. No importa cuán grande y afín a vos pueda ser el mío... tiene la medida de tu fidelidad y de tu lealtad hacia otra (o, hacia la única que yo nunca seré en tu vida).



Comentarios

Entradas populares